miércoles, diciembre 08, 2010

En busca de lo singular, de Gerardo Arenas

Comentario de Gustavo Stiglitz

No hay que poner título a la presentación de un libro que ya lo tiene. Pero no pude aguantar la tentación de titular mi presentación: Un incomparable libro sobre la singularidad.
Es un título con efecto bucle, ya que la singularidad es, justamente, lo incomparable.
Es que la lectura del libro hace sentir eso mismo, que es la búsqueda del autor. Este despliega el tema de la singularidad, en clave muy singular, llevándonos allí adonde falla el matema (JAM)
Cuando Gerardo me dio un ejemplar del libro En busca de la singularidad, le pedí que me lo dedique, que le escriba algo.
Como si no hubiera escrito bastante!!
Será por eso que la dedicatoria fue breve, o digamos, no excesivamente larga: “Querido Gustavo, un libro y un abrazo, Gerardo.”
Bueno, el libro… - lo digo de entrada - cómprenlo, léanlo… no tiene desperdicio, pero el abrazo… ese abrazo también tiene algo singular.
Es el abrazo del amigo, sí, pero también – al menos es lo que experimenté en la lectura vertiginosa en estos días – es el libro el que abraza. Incluso no exagero si digo – hablo de lo que me pasó a mí – que es un libro que abrasa. Quema entre los dedos queriendo avanzar en su lectura. No exagero.
Volviendo al abrazo, me di cuenta de que no era solo el abrazo del amigo, era también el del investigador, el del saber, el de las letras y lalengua.
Es sabido que estoy, como otros, en un período en que la Escuela Una me deposita una función de transmisión – hasta donde pueda – acerca de qué es un analista y de testimoniar sobre la experiencia singular del propio análisis. Estoy seguro de que la lectura de este libro estará presente en los próximos testimonios.
Temo estar escribiendo (hablando) bajo los efectos de lo que se llama en psiquiatría y psicología forense “emoción violenta”.
Pero es que experimenté un verdadero júbilo cuando me di cuenta de que no leía ningún concepto nuevo…epa!!
Pero es que uno hace lazo con la búsqueda del autor, con el ordenamiento de los conceptos y con el valor que le da a cada uno de ellos en los distintos momentos de la obra de Lacan..
Por ejemplo, la relación entre síntoma y estilo – como solemos decir - no es una novedad. Pero plantear las relaciones entre el estilo de escritura en la psicosis y el síntoma, como el punto de partida del proyecto lacaniano – que sería el de constituir una ciencia de lo singular – y afirmar con argumentos sólidos, que la brújula en la obra de Lacan es la localización de la singularidad …eso es otra cosa.
Es tan emocionante leer al comienzo del libro todo lo que se puede extraer de los primeros textos de Lacan – incluso antes de la Tesis!! - como en los últimos capítulos, cuando arriesga a la singularidad como algo más allá de la repetida “orientación por lo real.”
Otro mérito de este trabajo es que nos tiene todo el tiempo a los saltos (de lo imaginario a lo simbólico y a lo real; de la personalidad a la singularidad pasando por la universalidad y la particularidad; de la imago a la identificación, al objeto y al sinthome, podría continuar), decía, nos tiene todo el tiempo a los saltos, pero nos hace saltar en cámara lenta.
Entonces vemos cómo nos vamos despegando del paradigma anterior – o es que éste se va cayendo – cómo vamos en el aire hasta que encontramos nuevos operadores y ya está el salto hecho. Nos va llevando de la mano y nos va mostrando cada paso del recorrido. Cada piedra, cada puente, cada curva, cada precipicio y cada punto firme.
Por otro lado, es muy cuidadoso en detenerse cada tanto – bastantes veces – para recapitular el recorrido que va realizando.Vean si no, el cap 15
Encuentro en el libro una puesta en acto de la causa del deseo. El autor dice que partió de una carencia. Y bien, a partir de dicha carencia construyó una tesis de trescientas páginas, y un trabajo que contagia entusiasmo y nos anima a otros.
Finalmente, pensé, ¿quién es este amigo que nos dice que el proyecto de Lacan – que se mantuvo en toda su obra – fue el de constituir una ciencia de la singularidad?
A ver, les cuento por si no lo saben. Es alguien que viene del campo de la ciencia dura, que es cineasta y que se apasionó por el psicoanálisis.
Por eso es que puede ver y transmitir con tanta claridad y sencillez, que se trata de una ciencia de la singularidad y por eso también nos machaca todo el libro con los “tres plot points” de las películas.
Por último, quiero destacar lo siguiente. Este es de una gran profundidad teórica y clínica a la vez que es de sencilla lectura. Tiene una faceta de “herramienta” para el estudio y la orientación en la obra de Lacan. Pero además, y esto no es poca cosa, es también la construcción de una herramienta política.
En una época en que la homogenización, la globalización, lo universal, están empujando duro a nivel del mercado – y esto incluye al farmacéutico, por supuesto, a las terapias del yo – a nivel de las costumbres y de las políticas …
“La política es el arte de mover los cuerpos”, decía Pierre Legendre. Se pueden mover todos igual, al modo de los esclavos del galeón. O se pueden mover cada uno según su singularidad de goce, única forma de hacer un lazo social digno de ser vivido.

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